Igual que el velero necesita del viento para arribar a buen puerto, nuestras patatas exigen una materia prima de primera calidad y proveedores de confianza. Son la base del sabor de Bonilla.
Coger una patata frita y sentir como cruje al morderla, es un #momentoBonilla producto del trabajo, esfuerzo y numerosos ensayos de nuestra tripulación. Porque no es lo mismo navegar a once que a doce nudos, tampoco es lo mismo un corte perfectamente definido que al azar. En nuestro corte, está parte del secreto Bonilla.
Patatas siempre fritas en aceite de oliva para conseguir un sabor único, como los momentos que acompañarán a las patatas Bonilla. Sin embargo, la clave no está solo en el aceite sino también en su uso: las patatas Bonilla se fríen en aceite decantado y perfectamente filtrado para evitar el uso de impurezas. Además, nuestro aceite es 100% nacional y en cada turno de frito renovamos 600 litros, para que las patatas Bonilla tengan el mejor sabor.
Una buena tripulación y un buen navío son elementos indispensables para obtener las mejores patatas Bonilla. Generación tras generación, Bonilla se ha centrado en ofrecer las mejores patatas y para eso es necesario que tecnología y personas colaboren codo con codo desde la selección inicial de patatas hasta el envasado de las mismas.
Son muchos años surcando los mares: décadas de trabajo y voluntad permanente de mejorar cada detalle para sorprender a los amantes de los #momentosBonilla. La experiencia y dedicación de nuestra tripulación nos ha llevado hasta las exquisitas patatas Bonilla a la vista.
Ver tienda On-Line (Precios publicados IVA Excluido)
